Diferencias: Tapas duras y semiflexibles
TAPAS DURAS
Las tapas duras están hechas con cartón gris prensado, forrado con telas de algodón. Pueden ser grabadas con la técnica de gofrado, generando relieves que pueden ser tipográficos y/o de diseño integral de tapa. Estas tapas están unidas al cuerpo del libro a través de las guardas y son unos milímetros más grande que el cuerpo del libro. Esto sirve para proteger a las hojas del roce, cuando el libro está apoyado de canto, como se guarda en la biblioteca. Las hojas de estos fotolibros son rígidas, y tienen 1 mm de espesor. El lomo está articulado. Este tipo de estructura permite una apertura total sin generar tensiones. Podés apreciar la imagen en todo su esplendor aún en la zona del lomo, sin interferencias propias del tipo de encuadernación, como por ejemplo, las pegadas o cosidas que se usan al encuadernar impresiones off set de páginas blandas, que es otra opción de fotolibro más económico.
En resumen: Tapa dura
◼ Gofradas, con cejas (más grandes que el cuerpo del libro), guardas lisas o ilustradas, hojas rígidas de 1mm y apertura total 180°.
TAPAS SEMIFLEXIBLES
Las tapas semiflexibles tienen un alma rígida, igual que las páginas del libro. Son del mismo tamaño que el cuerpo del libro y están unidas a él a través de las guardas. El lomo está articulado y está hecho de cartón forrado con tela. Es la estructura que permite una apertura total y una protección extra para que la zona de mayor tensión y desgaste esté reforzada, con el objetivo de prolongar su durabilidad. El papel fotográfico tiene la cualidad de ser muy durable en estado óptimo, por eso nos esforzamos para que la encuadernación esté a nivel, y que el conjunto dure para siempre. Sabemos que estos fotolibros son para atesorar y ser transmitidos por generaciones.
En resumen: Tapa semiflexible
◼Tapa rígida igual que las páginas del fotolibro, foto laminada, al ras del cuerpo del libro, hojas rígidas, lomo en tela y apertura total 180°
